En el cuento “El disfraz del diablo” de Accame, el narrador nos presenta a Cecilia. Te propongo que completes la descripción de la joven, ubicada en el papel de narradora que la conoce muy de cerca. No olvides de usar recursos como comparaciones y metáforas.
Texto perteneciente a Florencia 1ª 5ª
Cuando me presentaron a Cecilia supe que era un lobo con piel de cordero.
Ella tenía un cabello hermoso que daba ganas de hundir la mano en sus aguas y estrujarlo. Cada vez que la miraba a los ojos era como estar mirando el mismísimo cielo.
Su boca era de un color medio parecido a la frutilla y sus labios se veían como dos pedacitos de algodón, - aunque le faltaba bastante para tener una boca perfecta-.
La mayoría de los días olía bien. Bueno sobre el tema de los olores , hay mucho que decir , sobre ella, pero digamos que olía bien.
Su cuello era como el de una jirafa, pero en tamaño humano. ¿Un poco exagerado, pero en fin era lindo.¡ Bah! Eso es lo que le decían.
Ella era como una moneda, no por lo redonda, sino porque tenía dos caras.
En conclusión, una amiga, Cecilia pero para estar con un ojo cerrado y el otro abierto.
Escritura de Invención
Luego de la lectura y el análisis de los cuentos del escritor argentino Julio Cortázar, “La noche boca arriba” y “Axalotl” se les propuso a los alumnos que eligieran una tem{atica fantástica, por ejemplo, la irrupción de algo extraño que rompe la rutina en la vida de un personaje, el viaje a otras épocas, el tema del doble, un relato dentro de otro relato. Así nacieron estas historias.
De la caseta a la gloria
Una mañana me encontraba en la solitaria caseta de la ruta 777, mi lugar de trabajo. Era un simple empleado, en la ruta más transitada del país, claro, a mi modo de ver. Veía pasar miles de autos, colectivos, camiones; no importaba el vehículo, todos estiraban la misma mano para pagar el peaje.
Como todos los días, había un horario en el que por unos largos minutos por la caseta sólo pasaba mi vida. Ese instante en el que me recostaba en mi butaca, tan dura y deshilachada, a exclamar suspiros de cansancio en soledad y pensar en que tal vez mañana sería mejor…
Era mi momento de “gloria”. Llevaba 132 “jueguitos” con mi desinflada pelota de fútbol. Treinta y tres, treinta y cuatro, treinta y cinco, y mi izquierda pifió. Enojado con mi fracaso futbolístico, me dirigí a la caseta. Allí fue que vi a la camioneta más lujosa que jamás había visto. Al acercarme, por la ventanilla, un hombre de elegante vestimenta, con una seña particular me invitó a subir al asiento de acompañante. Sin pensarlo dos veces, y al saber que no tenía nada que perder, subí al vehiculo.
Así estaba, en España. Jugando al fútbol en el equipo más grande y famoso, junto a Ramón, mi representante con su gran camioneta lujosa.
Era el jugador más importante en el partido que definía el campeonato. Era el dueño del balón. Me dirigí a la portería. Iba por todo en el último minuto. La mirada del mundo se posaba sobre mí; era el gol o las lágrimas. Y estando tan cerca, sentí una patada, brusca y violenta sobre mi pierna derecha.
Y desperté, con lágrimas y un calambre en el gemelo. Todo había sido un sueño. Abrí los ojos y sólo había decenas de autos tocando sus bocinas a más no poder, esperando que éste desilusionado hombre cumpliera su agobiante trabajo. Me asomé a la caseta, y de un lujoso auto, al bajar la ventanilla, apareció Ramón, llamándome con esa particular y soñada seña…
Así fue que mi vida cambió, y que hoy puedo decir que al sueño no lo sueño dormido.
Fernando y Gastón 3º5ª
INVASIÓN AXOLOTISTA
Un día, un joven llamado Charly, se dirigió al acuario como lo hacía habitualmente, a visitar la especie, llamada Axolotl con la cual había desarrollado un vínculo demasiado estrecho. Los observó durante horas contemplando, lo que era según su imaginación, una verdadera belleza. En ese momento imaginó como sería su vida conviviendo con un axolotl y partió hacia su hogar.
Al anochecer cuando se disponía a dormir, se le ocurrió robar un axolotl para su propiedad. Fue allí cuando decidió, en ese mismo momento, llevar a cabo su plan y se dirigió hacia el acuario.
Al tener ya en sus manos, un axolotl recién nacido, sintió que era completamente feliz y que al fin su vida cobraba sentido. Procedió a colocarle un nombre; lo llamó Lucky.
A medida que pasaba el tiempo, su relación se hacía más intensa, Charly lo cuidaba como a un hijo y Lucky lo quería como un padre. Pronto, sintió la necesidad de enseñarle a hablar, cosa que Lucky logró rápidamente y así su inteligencia crecía cada vez más. Pero de lo que no se daba cuenta el joven, era que todo lo que le estaba sucediendo, había sido planeado con anterioridad.
En el acuario, los axolotes habían planificado lograr su objetivo, el cual consistía en dominar la raza humana. Para llevar a cabo su propósito, introdujeron en Charly, el deseo de conservar uno de su especie, para así convencerlo de formar parte de su maligno plan y utilizarlo para mejores logros.
Lucky llevaba a cabo su trabajo, instruido por la manada axolotl que le introducía malos pensamientos hacia los humanos a través de sus ramas. De esta forma lograba en Charly un gran odio hacia su misma especie.
Cuando Lucky sintió que el joven estaba preparado, le habló de su plan y Charly aceptó con gran entusiasmo, con tal de vengarse por todo el mal, que según los axolotes, los seres humanos le habían hecho.
Acontecimientos extraños comenzaron a sucederle al planeta tierra, gran mortandad, extraños fenómenos climáticos, mascotas domésticas tomaban forma de axolotl y atacaban a sus dueños y otros hechos alarmantes. Esto causaba mucho temor en la sociedad que no encontraba una explicación razonable. Muchos se volvieron dementes y vulnerables.
Gracias a estos acontecimientos, los axolotl obtuvieron la victoria, a través de Charly, el cual también dominado y utilizado solo como un instrumento, fue el “gobernador” del mundo entero, tratando a los humanos como esclavos, seres incapaces de pensar y obedeciendo solo sus órdenes. Así la raza axolotl se transformó en una especie muy inteligente, totalmente autoritaria, sobre el planeta tierra.
FIN
Luciana- Antonella 3º5ª
La puerta
Era de noche cuando desperté exaltada; me levanté y fui en busca de un vaso de agua. En mi casa, hay muchos espejos. Por eso cuando paso enfrente de ellos no presto atención. De reojo, al pasar por uno que ocupa casi toda la pared observé algo distinto a mi reflejo. Me detuve y miré por segunda vez; algo estaba mal. Una puerta se reflejó, sin previo aviso se abrió y una mano enorme se extendió y me agarró del torso. Estaba asustada, sin embargo no grité. Un gigante sin hablar me llevó por un bosque oscuro. Para romper el silencio, hice todo tipo de preguntas. Él no habló. Intenté escaparme, pero me sostenía muy fuerte. Cuando llegamos a la parte más iluminada del bosque, habló. Me dijo que necesitaba mi ayuda. Estábamos en otro mundo. Este era tal cual lo había soñado durante varias noches. El gigante me condujo hasta una mega catapulta y me lanzó. Ya en el aire , comprendí cuán bello era ese mundo.
Llegué a destino, mi destino. Este era un lugar lleno de almohadas de seda rellenas de plumas. Ahí mi guía, un hada me explico mi misión. Tenía que destruir a un monstruo, una kimera.
Después de un largo camino, la encontré en Las tierras de las lunas, destruyendo mis creaciones. El monstruo se dio cuenta que desde lejos lo observaba. Se acercó y logró golpearme. En el suelo derrotada se acercó para terminar conmigo. Sin dudan me mataría, lo sabía. Clavaría en mi pecho su poderosa arma.
Un segundo antes de que lo hiciera la puerta se cerró. Estaba sana y salva en mi cama. Este era tan sólo el mismo sueño de todas las noches…
Abril
LA SOMBRA
Era una noche del 8 de octubre. En un pequeño pueblo muy lejano de Neuquén, llamado Titiqueén se divisaba una placita a lo lejos. Iluminada por un farol antiguo a gas, permitía vislumbrar árboles ramificados, de grandes dimensiones, sin hojas y con grietas en sus troncos.
En ella se hallaba un hombre de mediana edad, con barba, lentes y con una vestimenta de estilo hippie. Estaba sentado en el banco de la placita, observando las siluetas de las sombras de los árboles, y de pronto empezó a descubrir que se empezaban a formar figuras. Las primeras solo parecían letras, luego se transformaron en animales hasta que llegaron a un punto en el cual se parecían al hombre pero con una frialdad sin precedentes. El hombre impactado se incorporó y se acercó a aquella silueta idéntica a él. Pensó que estaba en un sueño, lo cual no era cierto. Aquella sombra curiosa lo miraba fijamente con unos ojos fríos y sin fondo como si pudiera escuchar lo que estaba pensando. De golpe, dio un paso hacia delante y por un instante el farol se apagó pero cuando la luz regresó solo quedaban las mismas sombras de aquellos inmensos árboles como si nada hubiera sucedido.
Aquella noche, no se si fue real o no, nunca lo olvidaré, porque a partir de ese día no volví a vivir...
Casamayor –Iglesias 3º5ª
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